Cuando los niños son pequeños, es habitual crear una serie de rutinas para educarles en el día a día. En el caso de niños con problemas de audición, la rutina es una oportunidad regular para mejorar su expresión oral. Es importante que adquieran el hábito de hablar a diario, de practicar algunas palabras, y en esa tarea los padres, tutores y/o el entorno más cercano tienen un papel fundamental.

Es importante utilizar palabras y realizar actividades por las que el niño sienta un especial interés. Si detectamos que le interesa con especial atención, debemos potenciarlo, ya que puede ser una buena arma para conseguir nuestro objetivo: mejorar su lenguaje.

Para cumplir con estas rutinas, toma nota de estos consejos:

  • Define una serie de rutinas al inicio del día.
  • Piensa posibles temas de conversación. Por ejemplo, si esta actividad de conversación es por la mañana, puedes preguntarle por lo que hará a lo largo del día.
  • Lee libros pero no te quedes solo en la lectura: que escoja el libro, hazle preguntas después, pídele que te lo cuente, conviértelo en una actividad interactiva.
  • Un buen momento para generar conversaciones es alrededor de la comida: preparando la comida en la cocina, hablar de los ingredientes, pedirle que nos ayude, hablar sobre sabores, etc.
  • Si la conversación se produce al final del día, podemos repasar lo que ha pasado a lo largo de la jornada. 

Estos hábitos ayudarán al pequeño o pequeña a mejorar en su lenguaje en todos los casos, pero sobretodo cuando padecen problemas auditivos. Además, la comunicación fluida os ayudará a crear una relación más cercana y de confianza con ellos y ellas.